PRIMEROS PASOS

La idea de crear Tierra de Amani surgió tras numerosas visitas a Tanzania por parte de una de las fundadoras.

La actual presidenta de la ong, Pía Lisa Flooks, trabajó como voluntaria en diferentes centros de acogida infantiles. Allí comprobó los grandes problemas con los que se encuentran los niños de la calle, pasando por la miseria, la soledad, la violencia, y en algunos casos la exposición al abuso infantil.

Los niños de las zonas rurales acuden a las ciudades turísticas en busca de comida o empleo. Pero, desgraciadamente, en muchos casos la realidad suele ser muy diferente y muchos de ellos no consiguen otra cosa que terminar vagando por las calles, mendigando, expuestos al abuso y a la consumición de drogas.

También visitó las zonas rurales de los alrededores y comprobó cómo viven muchas de las familias: con escasos recursos, en chabolas en muy mal estado, y en el caso de las personas seropositivas, algunas de ellas muy marginadas.

Las ONGs locales trabajaban muy duro para apoyar al gran número de huérfanos y niños de la calle que existen en el norte de Tanzania, y también a familias monoparentales en las que madres llevan el peso de la precaria economía familiar. Conocer de cerca este trabajo, le sirvió a Pía Lisa Flooks de inspiración para ponerse en marcha.

Al igual que les sucede a muchos cooperantes, que tras un período de voluntariado regresan a sus países cargados de historias tristes, sintió la necesidad de contribuir de alguna manera. Ya de regreso en España, y junto con otras personas también conmovidas por el tema, fundó Tierra de Amani, una asociación sin fin de lucro y dedicada a apoyar a la infancia más desfavorecida de Tanzania y extensión a sus familias.

Desde su creación hasta el día de hoy, Tierra de Amani se ha ido convirtiendo en una ong sólida, estable y apoyada por muchos amig@s, soci@s, padrinos y madrinas. Desde finales del 2009, la ong también está registrada como asociación en Tanzania, donde cuenta con una pequeña sede en Moshi, al norte del país.